Me enfrento, de nuevo, a la aventura del blog en blanco.
Inicio una nueva actividad, en la que hablaré de mis intereses, la comunicación y el Social Media.
Y lo hago con la casa a medio pintar, sin cuadros, con las lamparas «de serie», que son las bombillas colgadas de los cables. Aunque ya sé de que color pintaré las paredes, que cuadros colgaré y cuanta luz darán mis lámparas.
Dejo las puertas abiertas, para todos los que queráis entrar, tomar asiento, compartir una cerveza y una charla.
Queda lejos mi primera entrada en mi primer blog, allá por agosto del 2004. Desde entonces he creado, destruido y abandonado varios blogs. He aprendido, he hecho amigos y he escrito muchas lineas.
No puedo decir que este sea el «ultimate», nunca se sabe, pero me enfrento a este desafío con la mejor de las intenciones.
Espero verte por aquí, mientras tanto, iré decorando la casa, para que te encuentres a gusto cuando vengas.
Cuando me invitan a casa de alguien normalmente alguien de confianza voy encantada , ya si me encuentro agusto seguro que repito, así que tu mismo..
Y claro , engorabuena !!!!! por la casa nueva siempre es un proyecto al que se le ponen muchas ganas .
hola Fio, recibir a los amigos siempre es un placer. Espero que te sientas como en tu propia casa.
Bienregresado a la blogosfera.
Que sepas que espero cosas importantes de ti, aunque me sigue gustando más tu post primigenio, el de 2004.
Ya sabes, Ramón que el tiempo nos depura.
Ha llovido algo desde ese 2004 en el que alguien me dijo: «ábrete un blog», y he ido aprendiendo de errores, propios y ajenos. He adquirido algo de talento, poco, y he envejecido, poco también. He ganado amigos y casi pierdo a personas más importantes.
La hipergrafía ha cedido, no así la verborrea.
Creo que, por fin, he encontrado un alojamiento estable, que ya valía de deambular por ahí.
Los compañeros de cordada son para toda la vida, más que un matrimonio, me atrevería a decir. El mejor es el que mejor te entiende, y, si como me pasa a mi, el compañero de cordada, además es bueno técnicamente, no se puede pedir más.
Oído cocina.